¿Sientes que tu vida es "miserable", que tienes demasiados problemas, que la vida es injusta y que las cosas que te pasan no tienen solución y que en caso la tenga será muy difícil hacerlo?
Si te sientes identificado debes estar atento, puede que te hayas hecho adicto a una emoción en particular. Las emociones tienen un sustrato neuroquímico, es decir, que en gran parte, lo que experimentamos como una emoción, obedece a la secretación del cerebro de diferentes neurotranmisores. Y cada uno de éstos genera una emoción o una reacción particular en nosotros, dependiendo del estímulo al que hayamos sido expuestos. Por ejemplo, en una situación de gran alegría y euforia, lo que estará secretando tu cerebro para que tu experimentes lo que conocemos como una emoción, será dopamina.
Cuando una persona consume cocaína, dicha droga tiene las características necesarias como para engañar al cerebro y darle el mensaje: "libera dopamina en cantidades abismales" produciendo el gran estado de euforia que experimentan quienes la consumen. Lo que genera la adicción es la neuroadaptación de las células nerviosas a dicha sustancia.
Nosotros todos los días todo el tiempo experimentamos emociones, es decir, todo el tiempo nuestro cerebro secreta neurotransmisores. Y si tiendes a experimentar una misma emoción la mayor parte del tiempo, entonces estarás secretando un neurotransmisor en particular la mayor parte del tiempo. Lo cual lleva a que tu células nerviosas se adapten a una misma manera de sentir la mayor parte del tiempo, generando una "adicción a una emoción".
Si tus pensamientos están planteados de tal manera, que tu perspectiva de la vida tienda a ser negativa, entonces generaras una propensión a sentirte mal, triste, molesto, herido, resentido, etc. Lo cual se complica, por que entonces tenderás a generar interpretaciones negativas, incluso en momentos positivos.
Esto genera un "amor al drama", es decir, uno llega a experimentar una especie de una especie de "satisfacción morbida" al experimentar dicha emoción "negativa", al experimentar una y otra ves, discusiones, peleas, etc.
La pregunta que surge en este punto para muchos es: ¿Pero si sé que me hace daño, por que lo sigo haciendo?, ¿soy acaso tonto, estúpido, masoquista?
En cuanto a lo primero, las respuesta es que lo sigues haciendo por que te has adaptado física (a nivel cerebral) y psicológicamente a vivir así. Y al igual que otro tipo de adicción, reconoces que te hace daño pero no puedes dejar de hacerlo a no ser que realmente trabajes en ello y; 1. estés consciente de que tienes un problema. 2. que lo aceptes. 3. que te sientas real y verdaderamente motivado a hacer lo necesario para producir un cambio.
Los alcoholicos saben que al tomar se están haciendo daño antes, durante y después de tomar. Pero el placer inmediato que reciben al momento de ingerir la sustancia hace que pasen por alto una y otra vez, el drama que continuarán haciendo de su vida.
En cuanto a los segundo, no es que seamos tontos, estúpidos o masoquistas. Simplemente que, cuando hablamos de emociones, por naturaleza no tienen lógica, son subjetivas Y TIENEN LA CARACTERISTICA DE DOMINAR NUESTRA CONDUCTA. Es por ello que es importante que aprendamos a tener un control emocional apropiado, lo cual sólo se puede lograr educándonos en generar interpretaciones objetivas acerca de lo que vamos viviendo y experimentando, para que nuestras emociones se ajusten a la realidad y sea más fácil para nosotros dominarlas a ellas en vez de ellas a nosotros.
Entonces, sino quieres seguir amando el drama y si quieres aprender a dominar tus emociones y encauzarlas hacía una perspectiva más saludable de la vida, dedide terminar con ellos a partir de éste momento y emprende una serie de acciones que de verdad y de una vez por todas te saquen de ese esquema de vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario